En este tiempo de confinamiento, ha quedado claro que las residencias al uso no son una respuesta, a las necesidades de los mayores, confinados en espacios donde es muy limitada su participación activa.
Hay que reclamar a las instituciones un modelo donde las personas mayores sean agentes activos, aportando a la sociedad una experiencia y un saber acumulado a lo largo de su vida, donde puedan gestionar su propia forma de envejecer y participar en las decisiones que esta sociedad vaya tomando.
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